San Salvador, 25 de junio de 2018. Mariana López, de 40 años, recuperó esta mañana su libertad, luego de que fuera condenada a 25 años de cárcel por homicidio agravado. Ella cumplió 18 años y ocho meses de su condena. Recibió la conmutación de la pena en la granja penitenciaria de Izalco, de manos del viceministro de justicia y seguridad pública, Raúl Antonio López.
Las fases de adaptación, ordinaria y de confianza las ejecutó en el centro de readaptación para mujeres de Ilopango de 2000 a 2013. Y de 2013 a 2017, estuvo en la granja penitenciaria de Izalco, en las fases de confianza y semilibertad.
Mariana tenía 22 años cuando experimentó un parto extrahospitalario. Ya tenía un hijo de cuatro años, que era cuidado por sus padres, mientras ella trabajaba en San Salvador, en una fábrica, como costurera. Todo ocurrió el 21 de febrero de 2000, en la casa de una de sus hermanas. Ese mismo día inició el proceso penal: la acusaron de homicidio agravado de su recién nacida.
La joven ya había pasado consulta por este embarazo en un hospital nacional de San Salvador, luego de que el padre de la niña le propinara una golpiza en el estómago. Él siempre la presionó para que abortara, cuando ella no accedió, la golpeó hasta dejarla hospitalizada. Pese a esto, ella fue condenada el 13 de diciembre de 2000 por el Tribunal Cuarto de Sentencia de San Salvador a 25 años de prisión.
La agrupación ciudadana por la despenalización del aborto solicitó, el 1° de abril de 2014, el indulto para Mariana y otras 16 mujeres, también procesadas y condenadas por homicidio agravado después de que experimentaron partos extrahospitalarios y/o emergencias obstétricas. Casos conocidos como “Las 17”. Sin embargo, este no fue concedido para ella ni para 14 mujeres más.
En mayo de 2016, la agrupación solicitó la conmutación de la pena para Mariana “por razones de equidad y justicia”, ya que la pena era excesiva por considerarla perpetua, infamante y proscriptiva, de acuerdo con el artículo 27 de la Constitución de la República. “La pena de 25 años en prisión le arrebató la dignidad a Mariana López, pues no tomó en consideración el conjunto de factores que circundaban el título de la imputación”, reza en la solicitud de conmutación. La solicitud también argumenta que el cumplimento de esa pena excesiva no permitiría a Mariana insertarse en la vida laboral, pues al cumplirla, tendría 47 años, una edad en la que este país ya no ofrece oportunidades laborales formales. Y menos para personas que solo han cursado hasta el bachillerato. De acuerdo con la Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples (EHPM), correspondiente a 2017, “por rangos de edad se tiene que el desempleo en jóvenes (16 a 24 años) es del 14.4 %, en las personas de 25 a 59 años es de 5.1 %; mientras que, en los mayores de 59 años es de 5.9 %.”
El tres de mayo de este año, la Corte Suprema de Justicia, luego de recibir el dictamen favorable del Consejo Criminológico Nacional, concedió la conmutación de la pena de 25 años a 18 años, con ocho meses. “La enjuiciada ha logrado en reclusión un desarrollo personal que abarca ámbitos emocionales, educativos, familiares, laborales y conductuales, que permiten y facilitan su reinserción social no es razonable, mayoritariamente por razones de justicia y equidad, que se mantenga restringida su libertad por más tiempo que el necesario para su readaptación, especialmente cuando se ha verificado que ha sobrepasado los dos tercios de la pena y el diagnóstico criminológico refleja que se encuentra apta para reincorporarse a la vida en libertad”.
Mariana gozaba de libertad condicional desde el 16 de febrero de 2017, fecha en que la Jueza Interina del Juzgado Segundo de Vigilancia Penitenciaria y Ejecución de la Pena de San Salvador le concedió este beneficio. El periodo de prueba vencía el 1 de noviembre de 2024; sin embargo, los magistrados concluyeron “que existen razones de justicia y equidad, para considerar que la privación de libertad ha dejado de tener justificación, por encontrarse apta para reincorporarse a la vida en libertad”.
Mariana, quien ya suma 40 años, y tiene una hija de cuatro años, se dedica ahora a su propio emprendimiento: ha montado una venta de donas en su casa. Lo hizo porque para ello no necesitaba horno y le era más fácil preparar su producto. A la fecha, hizo un préstamo para poder comprar un horno. Su idea es poner una panadería y ser microempresaria. El estigma de haber estado presa le ha impedido obtener otro empleo. Ella está feliz con esta decisión porque podrá visitar con más frecuencia a su familia. Con su primer hijo, quien tiene 22 años, guarda una buena y cercana relación.
Ella, al igual que Isabel Cristina Quintanilla, Teodora Vásquez y Maira Figueroa ha recuperado su libertad, luego de que les conmutaron la pena. La Agrupación celebra la conmutación de pena que permite a Mariana recobrar su libertad y seguirá luchando para que otras mujeres puedan reencontrarse con su familia.