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- Fecha de creación 2 diciembre, 2020
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La pandemia de COVID-19 ha generado una disrupción en la vida cotidiana de millones de personas en el mundo. Sin embargo, este impacto no ha sido igual para todas las personas. Por ejemplo, las mujeres y las niñas han sufrido afectaciones diferenciadas que se explican en función de la discriminación estructural que sigue permeando en nuestras sociedades.
En virtud de esta desigualdad histórica, no resulta sorprendente apreciar cómo las decisiones gubernamentales, que tenían como objetivo contener la pandemia, generaron un impacto mayor en las mujeres. Los ejemplos son múltiples: vimos cómo rápidamente un mayor número de mujeres perdieron sus ingresos económicos debido a su participación en el sector informal. Igualmente, fuimos testigos de cómo las mujeres que ya tenían una doble jornada laboral, vieron aumentadas las labores de cuidado de hijos, hijas o familiares, con el consecuente desgaste físico y emocional que esta situación trae. Y, por si esto fuera poco, en muchos países, la violencia contra las mujeres aumentó durante los confinamientos, dado que muchas quedaron encerradas en casa con sus agresores.