La propuesta de la nueva agenda urbana feminista

Si algo reconocerá la historia al feminismo, es su capacidad de proponer cambios estructurales importantes para trastocar no solo la vida de las mujeres sino de la comunidad en general. El pasado 2 de octubre se llevó a cabo el foro: “Nueva Agenda Urbana para construcción de ciudades inclusivas, sostenibles e igualitarias”, expuesta a profundidad por la arquitecta argentina Ana Falú.

El foro se realizó en alianza con el Consejo de Alcaldes y la Oficina de Planificación del Área Metropolitana de San Salvador (COAMSS/OPAMSS), la Alcaldía Municipal de San Salvador, la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA), el Departamento de Organizaciones del Espacio (DOE-UCA), Red Mujer y Hábitat y la Colectiva Feminista para el Desarrollo Local.

La nueva agenda urbana “es el derecho a la ciudad, un derecho difuso que está en construcción y que  no quiere omitir a nadie de quienes vivimos en la ciudad y el barrio, quiere ser inclusiva y con pluralidad”, dijo Ana Falú al inicio de su Ponencia Magistral durante el Foro “Nueva Agenda Urbana para la construcción de ciudades inclusivas, sostenibles e igualitarias” realizado en la (UCA).

Esta propuesta se origina en la Primera Asamblea Urbana que tuvo lugar en Kenia, Nahiroby con la participación de la sociedad civil organizada, feministas, la academia, sector privado y público, ahí se logró que los gobiernos del mundo asumieran una recomendación de género, que aunque no es vinculante, es una recomendación que los compromete.

La Nueva Agenda Urbana trata de promover ciudades para todas y todos, equitativas,  sin exclusividad ni discriminación, saludables, accesibles, económicas, sostenibles, para promover una buena calidad de vida para todos partiendo de tres dimensión: la dimensión política, la dimensión de la sostenibilidad y la dimensión espacial.

“La discriminación de las mujeres en América Latina se basa fundamentalmente en el territorio, en esa asignación de roles en el acceso desigual a los bienes y los servicios y la persistencia e la división sexual del trabajo”, reflexionó arquitecta. Explicó que el urbanismo feminista se basa en lo cotidiano y se viene trabajando en colectivo por arquitectas feministas y algunos hombres. Españolas, latinoamericanas, suecas, inglesas, en particular las catalanas, que desean colocar la desigualdad en el centro de las políticas. “Si no miramos la desigualdad, no podemos hablar de hacer un urbanismo legítimo donde estén incluidos todos los sujetos omitidos”, acotó Ana.

La arquitecta feminista es docente emérita de la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño Industrial de la Universidad Nacional de Córdoba, con un fuerte compromiso con la arquitectura y el hábitat, con las mujeres y los territorios, incluido el cuerpo de las mujeres como territorio para luego acceder su casa, el barrio y la ciudad.

Ana Falú dijo que para lograr una planificación territorial hay condiciones necesarias que parten del conocer  a la gente y para ello se puedenhacer grupos focales donde las personas cuenten sus experiencias, conocer a las mujeres, que son las principales usuarias de la comunidad, debemos saber dónde están, quiénes son, sus características, cuántos hogares están a cargo de mujeres.  “Conocer nos va a permitir trazar una estrategia, conocer cuál es la división sexual del trabajo y qué implican los trabajos de cuidados”. La proximidad del servicio para las mujeres y la accesabilidad son otros elementos que son una  responsabilidad social que debe ser asumida desde el Estado y la comunidad.

Estado, organizaciones y comunidad: coordinando esfuerzos

Morena Herrera, integrante de la Colectiva Feminista para el Desarrollo Local, en su participación durante el foro dijo “que  en el camino para pasar del “tú” a “nosotras” y convertirse en sujetos políticos colectivos, uno de los primeros pasos fue el establecer alianzas con los gobiernos municipales, mirarlos como actores importantes con la visión que las alcaldías son de la gente, independientemente del partido político. Ha sido un aprendizaje poder distinguir cuáles son competencias institucionales nacionales y municipales y cómo podemos exigir la responsabilidad, dijo”.

Morena relató que mediante el trabajo con la Red mujer y Hábitat, emprendieron la construcción de plataformas, un proceso de elaboración de diagnóstico que al inicio estaba centrados en identificar la situación de las mujeres, “después nos dimos cuenta de la importancia de ver las brechas entre hombres y mujeres, de  medir algunos aspectos de las desigualdades”, señaló.

Mediante estos diagnósticos han logrado caracterizar el uso de los espacios públicos, por ejemplo, las canchas deportivas en los barrios donde los hombres llegan para jugar y estar con los amigos, mientras las mujeres llegan a cuidar niños o vender a pesar que ahí no cuentan con instalaciones adecuadas para comercializar sus productos.  

La Colectiva Feminista también ha desarrollado políticas municipales para la equidad de género y la construcción de un observatorio nacional de Gobiernos Locales para medir el cumplimiento de los compromisos que asumen los gobiernos municipales. “Antes llegábamos a convencer al Alcalde o Alcaldesa, ahora le hablamos de su competencia, de su obligación y le decimos nosotras podemos apoyar”, compartió la líder feminista.

“Las ciudades pueden ser seguras para todas y todos, es una responsabilidad de las autoridades, pero también la ciudadanía tenemos responsabilidad y debemos tener compromisos. En el caso de las mujeres no solo se trata de aprender a protegernos se trata también de aprender a defender nuestras prioridades”, subrayó.

La experiencia de FUNDASAL

Claudia Blanco Directora de la FUNDASAL, organización privada de la UCA, que ha trabajado desde hace 50 años por el derecho a la vivienda en el Salvador, expuso que hay muy poca rendición de cuentas frente a las organizaciones de la sociedad civil con respecto a  los cumplimientos de … y esto ha traído más de 1 millón de familias habitando en condiciones que deberían causarnos indignación, según datos de Hábitat para la humanidad.  

“Esto es una grave violación a los derechos humanos individuales y colectivos, viviendas que son una suerte de anaqueles colgados de los muros de familias más pudiente”, señaló.

La Licenciada Blanco precisó que en otros esfuerzos como la Agenda Hábitat III,  aprobada en 2016, se abrieron procesos que convocaron  a diversos sectores en la lucha  por las ciudades, el campo y la tierra, activando alianzas dormidas, junto a organizaciones y diversas formas de resistencia.

“La nueva agenda será posible sí y solo si viene pensada, edificada, producida y gestionada desde la familia más vulnerables de nuestro país”, concluyó.

La municipalidad de San Salvador

La rehabilitación del centro histórico es un proyecto emblemático de la Alcaldía de San Salvador que trata no solo de cambiar la parte arquitectónica, sino de hacer de este un espacio seguro, agradable, solidario para todas las personas y aplicando medidas de protección para la niñez.

Arquitecto Jorge Luis Martínez, de la Alcaldía de San Salvador dijo que este proyecto incluye un corredor que va desde el Parque Cuscatlán, pasa por la calle Ruben Darío, la Plaza Simón Bolívar, el Museo Metropolitano e incluye la construcción de un mercado que albergará a 20 mil comerciantes que actualmente están alrededor de la calle Rubén Darío.

“Este corredor contempla revitalizar 75 mil metros cuadrados de la ciudad donde se garantizará la movilidad de la ciudadanía  con la ampliación de las aceras de 5 a 7 mts, instalación de plataformas portátiles, ciclo vía, rampas para personas con discapacidad, iniciativas con cooperante como Casa libertad donde jóvenes y niños pueden llegar a aprender un oficio” dijo el funcionario.  

En sintonía con lo planteado en los retos que establece la Nueva Agenda Urbana feminista, Martínez expreso detalló, “Tenemos una política municipal donde hay una igualdad sustantiva. La ciudad es de todos, debe ser inclusiva, los espacios públicos tiene  que ser solidarios”, concluyó.