Conocer las Convenciones internacionales, leyes nacionales y políticas municipales para erradicar la discriminación y desigualdades y exigir a los gobiernos municipales su cumplimiento, es una tarea que la arquitecta chilena Olga Segovia ha planteado a lideresas de los distritos I, II, y V de San Salvador con quienes sostuvo una sesión de reflexión como parte de un proceso de formación facilitado por la Colectiva Feminista.
Lo personal también es político, esto ha quedado claro en este proceso de formación donde las lideresas han partido de analizar los desafíos en los roles de género dentro de la casa donde hay algunos cambios, pero hace falta avanzar, hacia una verdadera co-responsabilidad de los hombres en las tareas de cuidado. “Las mujeres salimos a buscar cómo llevar dinero a la casa, y como los papás no asumen de la misma manera los compromisos, se incrementa la violencia porque nuestros hijos están quedando solos”, comentó una de las asistentes. “En una escuela de mi municipio la sub directora es la que maneja toda la información y el director solo lleva el cargo, ella hace todo pero no le es reconocido”, contó otra.
Conductoras de Uber que trabajan a altas horas de la noche, mujeres motoritas en el transporte público, hombres jóvenes estudiando el técnico de cocina y aprendiendo que ellos también pueden lavar los trastos, son algunos cambios positivos en los roles de género, pero estos avances aún no se generalizan en las vías públicas y la ciudad donde las motoristas y los hombres haciendo labores de cuidado, siguen siendo una excepción y no la regla.
Lo personal también es político
Olga Segovia estableció el vínculo entre esta realidad cotidiana en la casa y cómo se refleja en los espacios públicos en la ciudad, donde las mujeres se movilizan principalmente para responder a labores de cuidados de los demás, pero les toca enfrentar grandes retos para movilizarse en medio de una ciudad violenta y discriminatoria que dificulta su desarrollo, “No puede existir el desarrollo sostenible si no hay igualdad”, señaló la arquitecta y recordó que para ello se cuenta con la CEDAW que es la Convención para la eliminación de todo tipo de violencia contra las mujeres, lo mismo que la Convención Belén do Pará que establece mecanismos claros para la protección de las mujeres frente a la violencia.
También hizo referencia a un instrumento llamado Agenda 20/30 que fue suscrito por 117 países, incluido El Salvador, que contiene 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, ODS, donde destaca el 5 referido a la igualdad de género como un factor determinante para acabar con las barreras que interfieren en un verdadero crecimiento económico, social y ambiental. “Muchas veces los estados hablan de desarrollo económico como si fuera independiente al medio ambiente y a la igualdad, pero no es así”, e instó a garantizar la participación activa de las mujeres para que incluyan sus demandas y propuestas reales “es fundamental para avanzar en nuestras agendas pero no de forma instrumental, solo para que participen, si no que sean capaces de gestionar sus agendas, pues no hay desarrollo sostenible si no hay equidad de género”, reiteró la académica.
Insistió en la importancia que las líderes conozcan instrumentos como los ODS donde los estados se comprometieron que para el 2,020 se avanzaría significativamente en la igualdad de género. La universalidad, crecimiento económicos, social, ambiental tomando en cuenta el enfoque de género para garantizar medidas e equidad que apunten a la igualdad entre mujeres y hombres.
Recomendó que en los municipios y comunidades ubicar a los grupos que sufren situaciones de mayor precaridad, pensar por ejemplo en el grupo de personas adultas mayores para quienes la movilidad y seguridad en la ciudad son un obstáculo.
Por su parte, la abogada feminista Laura Morán de la Colectiva Feminista, recordó que en San Salvador existe un Plan de prevención contra la violencia en contra las mujeres que aún está pendiente terminar pero que sí cuenta con una Política de Igualdad Sustantiva cuyo contenido la ciudadanía no conoce y tampoco se ejecuta por parte de las autoridades. “Hay esfuerzos que se van haciendo a nivel municipal, normativas que se hacen pero que ni se conocen ni se ejecutan. Hay que crear documentos con medidas que puedan aplicarse, cumplirse a mediano y corto plazo, que se puedan incluir en la planificación”, dijo Laura. “Tenemos gobiernos municipales que se cambian cada 3 años entonces necesitamos crear bases para que, aunque se acabe el periodo de ese gobierno, las medidas se sigan ejecutando”, acotó la abogas y agregó que actualmente se trabaja en un Plan n de igualdad sustantiva para garantizar el derecho a la ciudad y a una vida libre de violencia.