Desde la “Plataforma Beatriz nuestra fuerza por el derecho a decidir” acompañamos a la familia de Beatriz y reivindicamos su legado por la vida. Este 22 y 23 de marzo el Estado salvadoreño nuevamente se enfrentará a la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), máximo tribunal de las Américas, por violentar los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, esta vez deberá responder por la forma en que actuó ante la petición que hizo Beatriz en el año 2013.
Hace 10 años, Beatriz decidió interpelar al Estado salvadoreño por la negativa a facilitar la interrupción pronta y segura de un embarazo incompatible con la vida fuera del útero, que puso en riesgo su salud y su vida, mientras ella luchaba contra varias enfermedades: lupus eritematoso sistémico, nefropatía lúpica y artritis reumatoide, entre otras. Además, afectó la salud de su primer hijo de un año, al permanecer hospitalizada y alejada de él, recibiendo atención médica y cuidados paliativos al ser obligada a prolongar, durante 81 días, de forma innecesaria y peligrosa, la gestación de un feto anencefálico.
Pese a ser una madre y esposa joven, de apenas 22 años, originaria de una comunidad empobrecida en la zona rural del oriente del país, Beatriz decidió alzar su voz y solicitar se le practicara la interrupción. Este procedimiento fue recomendado por 20 especialistas, que habían analizado su caso en el Hospital de Maternidad, concluyendo que la interrupción era oportuna y segura. Ella se convirtió en la primera mujer en solicitar oficialmente un aborto por causal de salud, en una sociedad donde este procedimiento está penalizado sin importar causal alguna, y quien lo practique o se someta a uno puede ir a la cárcel hasta por 8 años.
Ante la prohibición de aborto terapéutico en El Salvador, la defensa legal de Beatriz presentó una demanda de amparo solicitando interrumpir el embarazo a efectos de salvar la vida de Beatriz. La Sala Constitucional la admitió y dictó una medida cautelar, pero el 28 de mayo de 2013 declaró “no ha lugar” la demanda, ya que consideró que no hubo una conducta omisiva por parte de las autoridades demandadas que hubiera producido un grave peligro a los derechos a la vida y a la salud de Beatriz.
La Comisión IDH consideró que el resultado del marco normativo salvadoreño y su impacto en las vías intentadas por Beatriz para acceder a la interrupción de su embarazo dio lugar a que este avanzara significativamente, representando un riesgo permanente que afectó desproporcionadamente sus derechos, constituyendo violaciones a los derechos a la vida, integridad personal, vida privada y salud, tanto física como mental; por lo que presentó ante la Corte IDH el caso Beatriz respecto de El Salvador, relativo a la prohibición absoluta de la interrupción voluntaria del embarazo que impidió que pudiera acceder a una interrupción legal, temprana y oportuna, ante una situación de riesgo grave a la vida, la salud e integridad personal y de inviabilidad del feto con la vida extrauterina.
Con un fallo favorable de la Corte IDH el Estado salvadoreño debería cumplir, entre otras cosas, las recomendaciones del Informe de Fondo de la CIDH, tales como: reparar integralmente las violaciones declaradas; adoptar medidas legislativas para establecer la posibilidad de la interrupción del embarazo en situaciones de inviabilidad o incompatibilidad del feto con la vida extrauterina, así como de riesgo grave a la vida, a la salud e integridad de la persona gestante; adoptar todas las medidas necesarias, incluyendo el diseño de políticas públicas, programas de capacitación, protocolos entre otros.
Los estándares que establezca esta sentencia en materia de aborto por razones de salud, vida e integridad de las mujeres, van a generar jurisprudencia en el Sistema Interamericano de Derechos Humanos, que debería ser retomado por los países integrantes de la Convención Americana de Derechos Humanos, abriendo así la posibilidad de justicia para otras niñas, mujeres y personas gestantes de América Latina, cumpliéndose una de las motivaciones por las que Beatriz interpuso la demanda contra el Estado salvadoreño: “No quiero que ninguna otra mujer viva lo que yo pasé”.
Hoy retomamos la fuerza de Beatriz y reconocemos en ella su legado por la defensa de los derechos sexuales y reproductivos de todas las mujeres en nuestro país y en la región, donde la prohibición absoluta del aborto sigue cobrando la salud y la vida de cientos de mujeres, adolescentes y niñas. Demandamos justicia para Beatriz y su familia, demandamos aborto legal y seguro y la despenalización absoluta del aborto en El Salvador.
San Salvador, El Salvador, marzo de 2023
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